Dado que el ultimo día no pude salir a roquear como quería me di a la tarea de rasurarme para dar una impresión “decente” a mis queridos compatriotas aduanales, testigos de Jehová, y neo nazis jubilados.
Así que para romper la rutina, lo hice de la siguiente manera
En la etapa inicial eliminé casi por completo la barba de las mejillas, dejando este peculiar look de mojado californiano, muy popular en la región noroeste de Inglaterra, y la costa norte de indonesia.
He aquí la representación de un propio oriundo SOCAL.
En la segunda etapa me entro un nacionalismo exasperado y muté por el corte al estilo ranshero de shihuahua.
A diferencia del anterior este en lugar de incluir gorrita incluye sombrero. Pero todos sabemos cómo lucen esas cabelleras alborotadas al remover el artefacto.
Ya, harto estoy de este continente y su promesa del sueño americano, y las tendencias modernistas.
Así que me puse más precolombino y regresé a mis raíces españolas con este peculiar bigotón de gallego.
Lo sé, parece lo mismo pero no lo es.
Sería tan politicamente incorrecto como decir que los canadienses y los norteamericanos son lo mismo. Es decir, una verdad en parte y una mentira en otra.
Nos afrancesamos un poco y le dimos una reducción lateral.
Lamentablemente en este intento hubo heridos.
Y bueno, ya que me puse a escuchar a Wagner (Ride of the valkyiries, para ser precisos) como que me entraron ganas de invadir Polonia y construí un lindo corte al estilo Adolf.
Este peculiar corte paso a la historia gracias al buen Hittler, ese hombre narcisista, considerado un asesino, intolerante, racista… bueno, Nazi
con cual me quedo?...
Mis primeras visitas!
La prueba de que si me puse gordito.
Mis papas en Toronto.
Agustina, la Argentina. Una gran amiga.
Sam y yo en This is London.
En NY celebrando mi cumpleaños con Agustina. 
